NIÑAS y NIÑOS RECIBEN EDUCACIÓN TÉCNICA EN ZONAS RURALES

• 1700 beneficiarios en áreas rurales de Jinotega y Matagalpa
• Se trabaja la defensa de derechos, participación y protección infantil

09.06.2014. Managua, Nicaragua. Andrea Núñez-Flores Rey

1700 adolescentes reciben educación formal, alternativa y técnica en comunidades rurales de Jinotega y Matagalpa desde 2011, Save the Children financia el proyecto “Niños y niñas lideran el camino” y la organización socia Cuculmeca lo ejecuta.

Los objetivos son el ingreso y la permanencia de niñas y niños trabajadores en educación primaria y técnica, así como la mejora de sus condiciones laborales. “Voy a participar en un taller de carpintería y me interesa mucho porque voy a poder aprender un oficio y tal vez pueda trabajar de eso. Me gustaría porque aquí no hay mucho trabajo”, explica Jexin, un adolescente trabajador de 16 años que vive en una pequeña comunidad de El Cuá, Jinotega.

Además, otros de los objetivos del proyecto son garantizar la participación infantil y protegerles de cualquier forma de violencia. Para lograrlo, se está haciendo incidencia con el fin de mejorar las políticas de los gobiernos y programas locales para prevenir la explotación de niñas, niños y adolescentes.

“Los alumnos dejan de venir a la escuela durante la época de corta café, desde los ochos años los envían a las fincas a trabajar. En mi huerto, yo no me permito que niños menores de 15 años trabajen”, afirma una pequeña productora de café de la comunidad de Siares, en La Dalia, Matagalpa.

APRENDIENDO Y LIDERANDO

En Matagalpa, 900 niñas y niños trabajadores participan en las actividades y talleres, y en Jinotega 800. “Yo recibí clases de bisutería y ahora soy profesor de otros niños beneficiarios del proyecto”, explica Jexin, que además está en las actividades para desarrollar el liderazgo infantil.

“Jexin recibe clases de comunicación y liderazgo. Estas se imparten a las niñas y niños que muestran habilidades de líder. De esta manera, ellos hacen de multiplicadores y explican lo que aprenden a otros chavalos”, nos cuenta Rosalín Espinosa, técnica de Cuculmeca.

“Yo no sabía nada sobre los derechos de la niñez, solo sabía que tenía que ir a estudiar. Pero con la Cuculmeca aprendí que teníamos otros muchos derechos, como a la salud o a una identidad. Yo se lo cuento a mi familia y a mis amigos que no participan en los talleres”, afirma Jexin alegremente.