Uno de cada seis niños y niñas del mundo vive en zonas afectadas por conflictos

Jueves 15 Febrero 2018

Según un nuevo informe, las guerras son cada vez más peligrosas para la infancia. En el marco de la próxima Conferencia de Seguridad de Múnich, Save the Children exige una mayor protección para la infancia y la rendición de cuentas de los autores de los delitos. 

La cifra de niños y niñas que viven en zonas afectadas por conflictos es más alta que nunca: por lo menos 357 millones en el mundo, según revela un nuevo informe publicado por Save the Children.

The War on Children: Time to End Violations Against Children in Armed Conflict [La guerra contra la infancia: es hora de poner fin a las violaciones de los derechos de los niños y las niñas en los conflictos armados] demuestra que esta cifra ha aumentado en un 75 por ciento desde principios de la década de los noventa. Actualmente, uno de cada seis niños y niñas en el mundo vive en una zona afectada por un conflicto.

Casi la mitad de estos niños y niñas se encuentra en zonas afectadas por conflictos de alta intensidad, donde podrían correr el riesgo de sufrir las seis violaciones graves de los derechos de los niños definidas por la ONU: asesinato y mutilación, reclutamiento y utilización de niños y niñas, violencia sexual, secuestro, ataques a escuelas y hospitales y denegación de asistencia humanitaria.[i]

El informe pone de relieve que existen importantes lagunas en lo que se refiere a datos específicos sobre infancia y género durante conflictos, problema que es necesario abordar mediante el fortalecimiento de los mecanismos de monitoreo y denuncias. A pesar de estas lagunas, hay algunas tendencias bien claras y profundamente preocupantes.  

Desde 2010, el número de casos verificados por la ONU de niños y niñas asesinados y mutilados ha aumentado casi en un 300 por ciento. Además, se ha producido un alarmante aumento, de un 1500 por ciento, de los incidentes en que se deniega el acceso a asistencia humanitaria. Debido al estigma generalizado en torno a las violaciones y agresiones sexuales, existen numerosos casos de este tipo de actos cometidos durante los conflictos que no se denuncian. Sin embargo, es indudable que se trata de un problema que sigue siendo predominante y que tanto las niñas como los niños corren riesgo de sufrirlo.

El menosprecio cada vez mayor de las reglas de la guerra, y la violencia indiscriminada en países como Siria, Sudán del Sur, Yemen y Afganistán han contribuido al problema.

La investigación —llevada a cabo por Save the Children y el Instituto de Investigación sobre Paz de Oslo (PRIO)— se publica con anticipación a la celebración de la influyente Conferencia de Seguridad de Múnich que tendrá lugar entre el próximo 16 y 18 de febrero. Este evento representa una oportunidad para que los líderes políticos, militares y de seguridad del mundo acuerden medidas para proteger a la infancia durante los conflictos. 

The War on Children atribuye el empeoramiento de la situación al aumento de las guerras en contextos urbanos, el creciente empleo de armas explosivas en zonas pobladas y la mayor duración y complejidad de los conflictos modernos, que ponen a la infancia y los civiles en el frente de batalla.

El informe también revela los siguientes aspectos:

  • Cada vez se adoptan más tácticas brutales en que la infancia se convierte en blanco de guerra; por ejemplo, la utilización de niños y niñas para perpetrar atentados suicidas, ataques directos a escuelas y hospitales, y el empleo generalizado e indiscriminado de armas tales como municiones de racimo, bombas de barril y aparatos explosivos improvisados.
  • En 2016, Siria, Afganistán y Somalia eran los países afectados por conflictos más peligrosos para la vida de un niño o una niña.[ii];
  • Los niños y las niñas en Medio Oriente son quienes más probabilidades tienen de vivir en una zona de conflicto, región en la que dos de cada cinco niños y niñas viven en una zona afectada por un conflicto, el índice más alto del mundo. África se encuentra en segundo lugar, donde 1 de cada 5 niños y niñas están afectados por un conflicto. Asia cuenta con el número total más alto de niños y niñas afectados por conflictos.

Yannick*, joven de 15 años de República Democrática del Congo, fue reclutado por un grupo armado con falsas promesas respecto a que no le iba a pasar nada:

«[Los milicianos] me llevaron a otro pueblo donde habían organizado un "bautismo" para los nuevos reclutas. El bautismo nos confirió poderes místicos y la fortaleza para luchar. Yo tenía miedo. Quería fugarme. Nos dijeron que, en los combates, no teníamos nada que temer. Que incluso cuando los soldados nos dispararan o nos hirieran, nada pasaría. Que no moriríamos. Nos dieron un palo para luchar y un cintillo para la cabeza de color rojo.

Nos dirigimos al frente de batalla en fila india, armados con nuestros palos. En cuanto nos vieron, los soldados comenzaron a disparar.  Vi cómo caían muertos a causa de los disparos quienes estaban delante de mí. Al comienzo, nos limitamos a esperar y observar cómo los soldados nos disparaban porque nos habían dicho que las balas no nos tocarían. Pero cuando vimos que nuestros compañeros morían, empezamos a correr».

Helle Thorning Schmidt, presidenta ejecutiva de Save the Children International, señaló: 

«Se está produciendo un aumento alarmante del número de niños y niñas que crecen en zonas afectadas por conflictos, expuestos a las formas de violencia más graves que nos podamos imaginar.  

Los niños y las niñas están sufriendo cosas que no deberían sufrir jamás: desde violencia sexual hasta ser utilizados para perpetrar atentados suicidas. Sus hogares, escuelas y lugares de juego se han convertido en campos de batalla.

Los delitos contra la infancia como estos constituyen la forma más siniestra de abuso imaginable, así como una violación flagrante del derecho internacional. Los líderes mundiales deben realizar más esfuerzos para exigir cuentas a los responsables.

La falta de protección de la infancia durante los conflictos priva de un futuro mejor no solo a los niños y las niñas, sino también a sus países y al mundo entero.

Nos enfrentamos a una decisión clave: ¿Nos mantendremos al margen mientras más niños y niñas mueren en sus pupitres escolares y en sus camas de hospital, se les deniega la asistencia humanitaria destinada a salvar vidas o son reclutados en grupos armados? ¿O lucharemos contra la cultura de la impunidad y acabaremos con la "guerra contra la infancia" de una vez por todas?».

Save the Children hace un llamado a los Estados, los militares y todos los actores con influencia en las vidas de los niños y las niñas que viven en zonas de conflictos para que se comprometan a adoptar medidas prácticas agrupadas en las siguientes cuatro áreas temáticas clave:

  • Evitar que se ponga en riesgo a la infancia: es necesario invertir en iniciativas de prevención de conflictos y mantenimiento de la paz, y en la capacitación de las fuerzas militares en protección de la infancia.
  • Hacer cumplir las leyes y normas internacionales: todos los Estados y actores deben cumplir sus compromisos conforme al derecho internacional, y deben respaldar la Declaración sobre Escuelas Seguras, los Compromisos de París y los Principios de París.[iii] Los Estados y grupos armados deben comprometerse a evitar el empleo de armas explosivas en zonas pobladas.
  • Exigir cuentas a los autores de los delitos: necesitamos con urgencia mecanismos más eficaces de monitoreo y denuncias para registrar de forma adecuada los daños sufridos por civiles y las víctimas infantiles, y mejores sistemas judiciales que aborden las violaciones de los derechos de la infancia durante los conflictos.   
  • Reconstruir las vidas destrozadas: en los esfuerzos de reconstrucción, debemos dar máxima prioridad a la infancia e invertir en servicios de apoyo para los niños y las niñas afectados por conflictos; por ejemplo, la prestación de servicios adecuados de atención de la salud mental para la infancia, la capacitación de trabajadores sociales y de salud mental locales y la asistencia para niños y niñas con discapacidad. También es necesario asignar fondos para que los niños y las niñas que han sido perjudicados por los conflictos puedan rehacer sus vidas. 

Si desea firmar una petición que insta a los líderes mundiales a proteger a la infancia del mundo frente a los horrores de los conflictos armados, visite: https://act.savethechildren.net/international/waronchildren/petition/.  

**Notas para editores**

El informe se basa en las definiciones científicas de conflicto armado publicadas por UCDP (Programa de Datos sobre Conflictos de Uppsala).

Zona de conflicto o área afectada por un conflicto: radio de 50 km de donde ocurre uno o más incidentes relacionados con conflictos en un año dado dentro de las fronteras de un país.

Conflicto o conflicto armado: cuando un actor organizado emplea la fuerza armada contra otro actor organizado, o contra civiles, con un resultado de por lo menos 25 muertes relacionadas con las batallas dentro de un año calendario. Las definiciones incluyen tres tipos de conflicto:

1.          Conflicto entre Estados es aquel que ocurre entre dos Estados (conflicto interestatal), o entre un Estado y uno o más grupos rebeldes (conflicto civil). 

2.          Conflicto no estatal es la lucha entre dos actores organizados y armados, ninguno de los cuales es el Gobierno de un Estado.

3.          Violencia unilateral es la que comete un grupo organizado y armado, ya sea las fuerzas militares de un Estado o un grupo armado, contra civiles. 

Incidentes o eventos relacionados con un conflicto: los conflictos consisten, en general, en varios eventos relacionados con el conflicto. Un evento relacionado con un conflicto se define como un incidente mortal, ya sea enfrentamiento violento entre dos grupos armados o ataque de uno o más grupos contra civiles, en un momento y lugar específicos.

*Nombre cambiado para proteger la identidad.

[i] Un conflicto de alta intensidad se define como un conflicto con más de mil muertes anuales relacionadas con las batallas.

[ii] El año más reciente sobre el cual se cuenta con datos completos.

[iii] Los Principios y Directrices sobre los Niños Asociados a Fuerzas Armadas o Grupos Armados, los Principios de París, redactados en 2007, consolidan los conocimientos mundiales en el ámbito humanitario y la experiencia de los esfuerzos dirigidos a prevenir el reclutamiento, proteger a la infancia, ayudar a liberarla  de las fuerzas armadas o grupos armados y reintegrarla en la vida civil. La Declaración de Escuelas Seguras, redactada en 2015, brinda a los Estados la oportunidad de manifestar su amplio apoyo político a la protección y continuación de la educación durante los conflictos armados, y es el instrumento con el que un Estado puede respaldar y comprometerse a implementar las Directrices para Prevenir el Uso Militar de Escuelas y Universidades durante Conflictos Armados. Hasta la fecha, un total de 72 Estados han firmado la declaración.