Apenas son la 1:30pm y en la escuela Flor de Pino en Alamikangbam, cabecera departamental del municipio de Prinzapolka en la Región Autónoma de la Costa caribe Norte hay mucho movimiento. En cualquier otro momento del año no nos sorprendería, pero para ser 24 de enero, es bastante rato. Niñas y niños estudiantes de primaria están disfrutando de sus vacaciones escolares desde finales de noviembre. Aún quedan dos semanas para que arranque el nuevo curso escolar, pero los murmullos y el corre corre se sienten desde el portón.
59 estudiantes se afanan en ubicar en las puertas de las aulas trabajos relacionados con la geografía de Nicaragua, la forma del planeta Tierra, la idiosincrasia de las comunidades indígenas o la historia de cómo Colón llegó al continente. Hay nervios, creatividad y alegría en el ambiente. Este grupo es especial. Las y los 59 estudiantes que en este momento hacen demostración pública de sus habilidades son docentes empíricos del municipio, la mayoría de las diferentes comunidades río Prinzapolka arriba y abajo, y unos cuantos de la propia cabecera departamental.
A través del Proyecto “Promoviendo una Educación de Calidad en Lengua Materna en el Municipio de Prinzapolka” impulsado por Save the Children en asocio con el Centro de Apoyo a Programas y Proyectos CAPRI y en coordinación con el Ministerio de Educación (MINED), desde 2015 se está llevando a cabo un curso de profesionalización de docentes de tres años de duración que pretende reducir el empirismo en Prinzapolka en un 33%. Hoy finaliza el primero de los tres encuentros del tercer año de implementación y por eso las y los estudiantes están felices y nerviosos.
“Si un proyecto como este no apoya, seguirían siendo docentes empíricos. No tienen acceso a este tipo de cursos para profesionalizarse” nos explica Elba Tilleth Ramsiu docente de la Escuela Normal Gran Ducado de Luxemburgo en Bilwi, en el Municipio de Puerto cabezas, capital de la región. Elba es la coordinadora del curso y habla con orgullo de la iniciativa de acercar esta oportunidad a docentes empíricos de zonas lejanas. “Las y los maestros que están aquí no pueden hacer frente al costo de desplazarse desde aquí a Puerto Cabezas, más la estadía y la comida. Por eso es necesario un curso de estas características en Prinzapolka. Es más fácil que desde las comunidades lleguen hasta Alamikangbam, la cabecera departamental, que aquí sea el núcleo” añade categórica.
En un esfuerzo conjunto por elevar la formación académica y mejorar la calidad de la educación en esta zona de Nicaragua, cinco docentes de la Escuela Normal Gran Ducado de Luxemburgo en Bilwi trabajan con las y los 59 estudiantes para que aprenden nuevas metodologías didácticas que permitan dar un mejor seguimiento a niñas y niños en primaria, para que aprendan y no abandonen la escuela.
“La mayoría son docentes activos, son empíricos y tienen dudas sobre cómo planificar sus clases de acuerdo con el lineamiento del MINED. Aquí se están fortaleciendo” nos explica Julio Roncel, también docente de la Escuela Normal, encargado en este curso de impartir las asignaturas de “Práctica docente” e “investigación/ acción”. Según datos del Ministerio de Educación (MINED), en el Municipio de Prinzapolka existen 78 escuelas, distribuidas en 66 comunidades y que agrupan a unas 159 maestras y maestros, de los cuales 122 docentes son empíricos.
Este es el primer encuentro del 3er año de curso de profesionalización, pero las y los estudiantes ya tienen en mente que el final del curso está cerca. “Ahora valoran muy positivamente esta formación porque ya están aplicando lo que van aprendiendo” asevera Julio, “dominan lo teórico y práctico. Elaboran ya su plan de clase como debe hacerse, y todo ello lo han aprendido en los 15 días del encuentro”. El segundo encuentro será julio y el tercero y último en diciembre, momento en que recibirán su graduación. Por eso las y los estudiantes están apuntando con esmero las indicaciones que Julio les da sobre el trabajo final. Él comenta que sus estudiantes por primera vez van a presentar un trabajo escrito en el que fijarán el plan de acción de una estrategia a ser llevada a cabo en el aula de clase.
Nos encontramos con Carlos Antonio Serrano Pérez, docente de secundaria en el Instituto Nacional 10 de abril, en Alamikangbam y participante del curso de profesionalización. Carlos nos enseña con orgullo uno de los trabajos realizados en clase relacionados con la didáctica de las matemáticas. “He aprendido a hacer trabajos manuales, palpables, que sean didácticos y llamen la atención a niñas y niños. Esto lo aplico ahora en mis clases” dice este joven y queda patente en las formas y colores utilizadas para visualizar los números cardinales y unas sumas sencillas. Nos explica que como no es profesional todavía y no tiene una especialidad concreta, imparte clases de física y química, ciencias naturales, e incluso educación física.
Carlos es uno de los mejores estudiantes del curso de profesionalización, y sin embargo estuvo a punto de no ser admitido por ser docente de secundaria en lugar de primaria. Gracias a su enorme interés en profesionalizarse y su compromiso, se hizo una excepción que a día de hoy celebramos con él. “Mis alumnas y alumnos antes decían que mis clases eran aburridas, pero ahora ven que van aprendiendo mejor”.
“Queremos que los padres y madres de familia digan “ahora sí contamos con un profesional” asevera Elba Tilleth pensando en las comunidades alejadas del municipio. “Gracias al curso conseguí trabajo voluntario en Silibila como maestra en esa comunidad” explica Laura Morris y nos comenta que impartió primer grado en la escuela de Silibila durante el curso 2016. Ella es de Alamikagnbam, deja claro que llegar a Silibila no es un juego. “Son 9 horas y media rio arriba desde Alamikangbam”. Laura nos enseña orgullosa uno de los trabajos realizados por ella, relacionado a la historia y costumbres del pueblo Miskito.
Para 2017 todavía no le han asignado aula, pero mientras espera la noticia, disfruta con los aprendizajes del primer encuentro del curso de profesionalización de este año. “He aprendido muchas cosas en estos dos años. Las estrategias que aprendo en los encuentros las he ido aplicando en el aula de clase” comenta, y pensativa afirma que tras finalizar 5º año de secundaria quería apoyar a las niñas y niños porque quería ser profesora, “y conseguí un cupo en el curso. Quería ser profesora y estoy cumpliendo con ese sueño”. Con su voz y la de otras compañeras y compañeros del curso se repite una petición “Quisiera que hubiera otro proyecto tras este, para que más personas se pudieran profesionalizar como docentes en Prinzapolka”.
“Ha sido un proceso de mucho sacrificio y empeño. Cuando ellas y ellos vinieron al primer módulo, tenían muchas limitaciones. Se ve que estamos logrando la meta, hacer que la región y el municipio crezca” comenta Blanca Luisa González Mendoza, docente de la Escuela Normal Gran Ducado de Luxemburgo en Bilwi, encargada de impartir las asignaturas de “Arte y recreación”, “psicoafectividad” y “arte musical y danza”. Blanca Luisa habla orgullo y hace referencia a la exposición de trabajos, a las carabelas de papel que ilustran la conquista de América, a los materiales y colores que han utilizado las y los estudiantes.
“Entrando al tercer año, deben ver mucha didáctica: “estudios sociales y su didáctica”, “matemática y su didáctica”, “lengua y literatura y su didáctica”… donde deben hacer mucho uso de material, haciendo las materias visuales y atractivas para las niñas y niños” explica dejando claro que en los trabajos expuestos la innovación pedagógica está patente. “Les dimos los contenidos, pero lo deben innovar, pensarlos y hacerlos diferentes. Usan material concreto, materiales que se pueden ver, que se pueden tocar” añade.
El proyecto en el que se enmarca este curso de profesionalización se llama “Promoviendo una Educación de Calidad en Lengua Materna en el Municipio de Prinzapolka”. La práctica del bilingüismo en las aulas es necesaria y estas y estos estudiantes están reforzando sus metodologías para llevarla a cabo. “Cuando las maestras no tienen la información y formación adecuada, trabajan sólo en miskitu, porque es su lengua materna. Les enseñamos cuantos minutos tienen que trabajar en miskitu y cuántos minutos en español como segunda lengua” explica Elba Tilleth y añade que además hay que tener en cuenta que en algunas aulas hay niñas y niños mestizos que sólo hablan en español, o incluso creoles que hablan inglés.
“El miskitu es muy importante para mí, porque en la escuela hay mestizos y es importante que sepa enseñar esta lengua para que aprendan, por la interculturalidad. Antes del curso no llevaba tan bien las clases de forma bilingüe, ahora he notado diferencias por las metodologías” comenta Kenia Vanessa Hernández Richardson, docente de primer grado de primaria de la escuela Flor de Pino en Alamikangbam y participante del curso de profesionalización. Elba es una de las mejores alumnas de la didáctica de lengua miskita, por eso posa con la docente Elba junto a los murales.
“Hemos aprendido mucho, de ser empírica ahora tengo conocimientos, metodologías y estrategias para enseñar más a los niños y niñas. Antes había bajo rendimiento académico, ahora vamos a superarlo porque hemos aprendido cómo trabajar” añade Kenia al preguntarla por cómo se siente con la formación que lleva dos años recibiendo.
En este fin de módulo deben presentar por grupos también costumbres, tradiciones y comidas. Las mesas más animadas de esta feria improvisada son aquellas en las que se habla de hierbas, raíces y hojas con propiedades curativas. Amapolas para la protección durante el embarazo, butín (una planta de hojas chiquitas) para evitar males de estómago, hojas de nancite que usadas en cataplasma eliminan hongos y granos, hojas de achiote contra el prajaku, una enfermedad ligada a malos espíritus que aparece cuando hay lluvias…
“En educación musical y danza, vemos cómo rescatar los valores ancestrales” nos explica la docente Blanca Luisa González y reflexiona sobre cómo a las niñas y niños muchas veces les hablamos con la imaginación, “les decimos que Nicaragua tiene una forma determinada, pero no la han visto ni la han hecho con sus manos. Niñas y niños aprenden haciendo, viendo y tocando, de lo contrario no es un buen aprendizaje”. Esto, efectivamente aplica para las personas adultas y en concreto para las 59 que participan en el curso de profesionalización. Los diferentes grupos van demostrando lo aprendido frente a sus docentes, y a juzgar por el esmero de la presentación y la oratoria, todas y todos obtendrán excelentes notas.
Blanca orgullosa, nos invita a ver las presentaciones artísticas de las y los estudiantes, último evento del día antes de concluir con este encuentro. La mañana termina con bailes folclóricos tanto de la costa como la punta garífuna, el palo de mayo o Liwan Mairin (baile dedicado a una sirena que embruja a los hombres), podemos ver bailes típicos de la zona pacífica de Nicaragua como el viejo y la vieja. O el macho ratón. Destacan los vestidos elaborados con sus propias manos con papeles y retazos de tela, demostrando que con creatividad todo se puede hacer.
Un baile queda como símbolo de este curso. “El nombre del baile en miskitu significa: El cuaderno es su machete” me explican mientras veo como un grupo de jóvenes bailan acompasadas sosteniendo cuadernos en sus manos. La educación como herramienta para el desarrollo. Efectivamente para las y los 59 docentes que en unos meses contarán con su título de docentes de primaria, el cuaderno es y será su machete.