En la comunidad Limbaikan, ubicada a más de una hora en panga desde Alamikangbam sobre la rivera del río Prinzapolka (a 386 km de Managua), Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN), las niñas, niños y adolescentes ahora están más motivados para asistir a la escuela.
Dos docentes de la comunidad de Limbaikan están participando en el curso de profesionalización a docentes empíricos que se está llevando a cabo para garantizar una educación de calidad en comunidades de Prinzapolka Ahora en Limbaikan las niñas y niños que asisten a la escuela cuentan con dos maestros calificados.
“Antes me costaba entenderle a las matemáticas porque la clase era bien aburrida, pero ahora el profesor nos da clase de manera más dinámica y comprensiva para que le entendamos, si el día que da la clases no le entendemos, al día siguiente viene y nos vuelve a explicar hasta que comprendemos”, es la nueva apreciación de Holvin Wilson, un alumno de 13 años estudiante de cuarto grado motivado por la nueva metodología que utiliza su maestro para enseñar la clase.
En un conversatorio sostenido con niñas y niños de esta comunidad, hablaron sobre la importancia que tiene educar con metodologías más creativas y dinámicas, que les permita una educación de calidad para comprender mejor las clases. “Además de que ahora recibimos las clases de manera más atractiva y alegre, si uno de nosotros fallamos a clases, el maestro visita a la mamá o al papá para saber porque no está yendo a clases el alumno y eso es bueno porque nos motiva a seguir estudiando, además ahora las clases son más divertidas que antes”, expresa Dinolia Sanders, una alumna de segundo grado originaria de esta comunidad.
El profesor Emiliano Lorío Spellmar, pastor de la iglesia y docente de cuarto y quinto grado de la escuela Limbaikan es uno de los 63 docentes de Prinzapolka que participa en el curso de profesionalización a maestros empíricos. “Para mí la experiencia de participar en un curso que mejore mis capacidades como docente es algo muy gratificante porque me permite hacer mejores cosas por la educación de las niñas y niños. Antes yo impartía mis clases sin un plan de trabajo, pero ahora que estoy recibiendo este curso puedo decir que contamos con nuevas metodológicas para motivar a los alumnos a que asistan diariamente a la escuela y que asimilen con calidad”, nos expresa el profesor Emiliano.
En un esfuerzo conjunto por elevar la formación académica y mejorar la calidad de la educación en esta zona; el Ministerio de Educación (MINED), el Centro de Apoyo a Programas y Proyectos (CAPRI) y Save the Children a través del Proyecto “Promoviendo una Educación de Calidad en Lengua Materna en el Municipio de Prinzapolka”, se han dado a la tarea de capacitar a 63 docentes mediante este curso de profesionalización que pretende reducir el empirismo en Prinzapolka en un 33%.
Según datos del Ministerio de Educación (MINED), en el Municipio de Prinzapolka existen 78 escuelas, distribuidas en 66 comunidades y que agrupan a unas 159 maestras y maestros, de los cuales 122 docentes son empíricos.
La estrategia de profesionalizar a las y los docentes empíricos contempla un trabajo conjunto con las niñas, niños, adolescentes, madres y padres de familia. En el curso cuya duración es de tres años, las maestras y maestros aprenden nuevas metodologías didácticas que permiten dar un mejor seguimiento a las y los estudiantes para que aprendan y no abandonen la escuela.
A pesar que el curso apenas está empezando ya se aprecian los primeros resultados que están impactando en la educación de las niñas y niños. “Hoy la escuela es un lugar muy agradable donde nosotros los niños venimos para aprender con alegría en vez de estar en la casa”, puntualiza Herzon Lawrece, estudiante de quinto grado de la escuela Limbaikan y alumno del profesor Emiliano.
Por su parte, este profesor agrega que ha observado como “muchos maestros que están dentro del curso están superando grandes obstáculos para asistir a las clases, ya que la mayoría de ellos viven en zonas muy aisladas y tienen que dejar a sus familias”.
Por su parte Blanca Fuentes, coordinadora de Proyecto de Capri en Prinzapolka expresa que “contar con maestros graduados hace la diferencia. Esto beneficia directamente a la niñez porque mejora la calidad de aprendizaje, también la calidad en la que el maestro o maestra se relaciona con los alumnos, en cómo les apoya, anima y respeta, promoviendo sus capacidades afectivas y emocionales”.
“Yo como madre de dos hijos que están en esta escuela considero que este proyecto de profesionalización a maestros va a impactar en la vida de las niñas y niños del presente y del futuro, porque eso es algo que el maestro trasmitirá de una generación a otra”, manifiesta Clara Jarquín, madre de familia originaria de la comunidad Limbaikan.
Para abril de 2018, estos 63 docentes que están siendo capacitados, tendrán un diploma oficial que los acredite como profesores de educación primaria, y con ello se habrá reducido el índice de empirismo que garantice mejores niveles educación en las escuelas de Prinzapolka.