El aporte de la familia en la educación de niñas y niños

Wednesday 11 May 2016

Estudiantes de la Escuela Flor de Pino en Alamikangban jugando fútbol en el patio del centro. Prinzapolka, Nicaragua.

Son las 2 de la tarde y en la Escuela Flor de Pino el bullicio de las niñas y niños que asisten al turno de tarde nos recibe. Estamos en una de las aulas de primaria en Alamikangban, cabecera del municipio de Prinzapolka en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN), a 386 km de Managua. En el patio, varios equipos mixtos de fútbol entrenan mientras esperamos que padres y madres de familia lleguen a contarnos su experiencia tomando parte activa de la educación de sus hijas e hijos.

“En este año yo miro a padres y madres más preocupados por la educación de sus hijas e hijos, ayudándoles a estudiar” explica Roger Dipio Suazo, uno de los padres que llegó a nuestra convocatoria, “estamos para ayudar” reflexiona.

Hablamos un rato sobre la importancia de que hablen con sus hijas e hijos acerca de lo que han aprendido en el aula y las tareas que deben realizar en casa. “Le reviso sus tareas y su cuaderno para ver cómo va. Cuando sale bien, le compro sorpresas y se siente más motivado”, explica Olivia Ninozka Hernández, una de las madres asistentes, al referirse a su hijo que es alumno de la escuela Flor de Pino en la que nos encontramos. Olivia demuestra su interés en la educación del niño con ejemplos cotidianos: “Visito la escuela diariamente para saber cómo va y cuando hay examen vengo para saber la guía y ayudarle a estudiar”.

Algunas de las personas presentes expresan limitaciones en cuanto a sus conocimientos, que consiguen salvar involucrando muchas veces a las hijas e hijos mayores. “Con lo poquito que sé, les ayudo. Yo sólo estudié hasta 5° grado, pero mis hijos mayores apoyan a los menores” comenta Alba Luz Díaz Espinosa, una de las madres presentes.

 

En el grupo hay una decena de padres y madres explicando cómo ven ahora más motivadas a las y los docentes. “Los niños y niñas llegaban al aula y sólo recibían números y letras. Ahora usan diferentes metodologías y creatividad, juegos, cuentos. Las niñas y niños quieren saber cómo van a ser las clases del día siguiente. Eso les motiva” asegura Maryenny Suazo Peralta, una de las participantes en la conversación. “A las niñas y niños hay que dedicarles tiempo. Las y los profesores están ¨pilas puestas¨ ahora, están aquí a las 7am” añade Carlos Rodríguez, quien antes era docente y acude a la reunión en calidad de padre de familia, ya que tiene una hija estudiando 6° grado.  Carlos hace referencia a que la motivación de las y los docentes ha aumentado.

Carlos Rodríguez participando a la reunión con madres y padre de familia en Alamikangban, Prinzapolka, Nicaragua.

Save the Children en colaboración con el Centro de Apoyo a Programas y Proyectos, CAPRI, está llevando a cabo un Curso de Profesionalización de docentes desde 2015, con la finalidad de reducir el empirismo en la zona. El curso tiene una duración de tres años, teniendo 40 días de clase al año, divididos en cuatro encuentros anuales agendados en los momentos libres del calendario escolar.

“En el municipio era grande el empirismo, y ahora tenemos a 63 profesores en el curso de profesionalización” comenta Carlos, tomando la palabra de nuevo. Efectivamente son 63 las y los docentes en formación provenientes de 16 comunidades de Prinzapolka. De este grupo, 39 son docentes en activo en las diferentes escuelas del municipio, y 24 son otras personas de la comunidad que quieren ser docentes y están tomando el curso para conseguirlo. El 80% de las y los participantes son de origen miskitu, la etnia predominante en el municipio.

La estrategia contempla también el trabajo con el entorno familiar de las niñas, niños y adolescentes que acuden a la escuela, y es por eso que estamos hablando con las madres y padres. Además también se trabaja con las propias chavalas y chavalos para que consideren la escuela como un espacio de aprendizaje y diversión.  

Blanca Fuentes, técnica de CAPRI en Alamikangban, quien da seguimiento a la implementación del Proyecto “Promoviendo una Educación de Calidad en Lengua Materna en el Municipio de Prinzapolka” en el que se enmarca el Curso de Profesionalización, nos habla de que se han creado grupos de interés como equipos de fútbol conformados por las y los estudiantes.

“A las niñas y niños les explicamos que para poder formar parte de los equipos de fútbol de la escuela, deben asistir a clase. Esa es la condición” explica Blanca, y reflexiona sobre cómo esto ha ayudado a la retención escolar y a motivar a las chavalas y chavalos, junto a las nuevas metodologías y herramientas que utilizan las y los docentes que están tomando el curso. “Actualmente la escuela Flor de Pino cuenta con 475 niñas y niños matriculados”.

 

Además, se promueven espacios comunitarios de lectura con niñas y niños específicamente en miskitu, su lengua materna, y también se llevan a cabo diferentes reuniones y talleres con personal técnico del Ministerio de Educación (MINED) y de la Secretaría Regional de Educación de la Costa Caribe Norte. Con las y los docentes del municipio también se está trabajando la aplicación del instrumento de medición de lectoescritura, para conocer mejor el nivel de las niñas y niños. Un año después de iniciar en Curso de Profesionalización, ya se ven los resultados que apuntan a conseguir la meta de reducir del empirismo en Prinzapolka en un 33%.

Maryenny Suazo Peralta, madre de familia, durante la reunión con madres y padre de familia en Alamikangban, Prinzapolka, Nicaragua.

“He visto el trabajo de Save the Children y CAPRI muy de cerca. Trabajan con las niñas y niños en las aulas de clase, con madres y padres de familia y con la comunidad. Su trabajo está en el aula de clase, no en la oficina” asevera Carlos Rodríguez, durante nuestra plática en la reunión con madres y padres. “El resultado está en las aulas de clase, en que las y los profesores apliquen lo aprendido y que las niñas y niños lleguen a clase” apuntó Virginia Téllez, Directora Ejecutiva de CAPRI, presente en la reunión.

Save the Children prioriza la educación de calidad en sus programas, haciendo todo lo posible para que todas las niñas y todos los niños sepan leer al terminar la educación primaria, y para mejorar la enseñanza que reciben dentro de las aulas, con los libros y en sus propias casas.

Tras la charla con las madres y padres, salimos del aula y nos sumamos al bullicio de las chavalas y chavalos pasándose la pelota e intentando marcar gol, ahora revalorizando este espacio como pieza clave para que efectivamente disfruten del derecho a una educación de calidad.